¿Quién es Anna Delvey? La historia real de la estafadora de la serie "Inventando a Anna" de Netflix

¿Hija de un oligarca ruso? ¿Su padre era un multimillonario alemán? ¿Estaba a punto de heredar u$s 26 millones de un pariente? Las preguntas sobre Anna Delvey conformaban una historia tan increíble como cierta.

Conocida como la "heredera alemana", Anna Delvey (o Sorokin) protagonizó un periplo de estafas contra bancos, inversionistas, hoteles, financistas, marchands de arte y diseñadores de modas de Nueva York . Ahora su historia, "Inventando a Anna", llegó a Netflix y ya es furor en la plataforma.

Hace casi una década, Anna Delvey irrumpió en el Manhattan más exclusivo vistiendo las mejores firmas, alojándose en hoteles cinco estrellas, asistiendo a fiestas VIP y repartiendo propinas de cien dólares. Era, según decía, una rica heredera alemana que estaba creando una fundación de arte.

Todo mentira. Anna Delvey era, en realidad, Anna Sorokin, una joven rusa nacida en 1991 en el seno de una familia obrera.

Los comienzos de Anna Delvey

Cuando tenía 16 años, su familia se mudo a Alemania, razón por la cual, su acento suena "europeo" e irreconocible.

En 2011, se mudó a Londres para asistir a la prestigiosa Central Saint Martins, una escuela de bellas artes y moda cuyos alumnos incluyen a Jarvis Cocker, Paloma Faith, Stella McCartney y Alexander McQueen.

Sin embargo, pronto lo dejó y regresó a Alemania antes de mudarse nuevamente a París, donde había conseguido un trabajo como becaria en la revista Purple. Fue aquí donde decidió reinventarse: comenzó a llamarse Anna Delvey, se inventó un personaje para convertirse en una socialité y acabó siendo, además, toda una influencer en Instagram. No obstante, este nuevo personaje, iba dejando un sinfín de deudas.

En 2013 la enviaron a Nueva York para la Semana de la Moda y le encantó tanto que decidió quedarse allí, trabajando desde la oficina de Purple en Nueva York. El puesto le permitió acceder a fiestas y eventos de élite dentro del mundo de la moda. Más tarde renunció a su trabajo para sumergirse por completo en su estilo de vida fraudulento.

La Fundación de Anna Delvey

La joven Delvey tenía un sueño: iniciar su propio centro de artistas llamado The Anna Delvey Foundation (ADF). Asimismo trató de asegurar una inversión de 40 millones de dólares para un edificio que albergaría instalaciones y exhibiciones de arte, restaurantes y un hotel, con una membresía altamente exclusiva.

Delvey había puesto su mirada en la histórica Church Missions House de Nueva York. Decía que el club era más elitista que Soho House, y su sueño era establecer su nombre dentro del mundo del arte utilizando la Fundación Anna Delvey para albergar a tipos creativos y artistas.

"Con el fin de garantizar los préstamos, fingió de manera fraudulenta ser su propio aval en Europa, falsificando transferencias bancarias y estados de cuenta para hacer creer a los bancos estadounidenses que estaba a punto de recibir una ganancia inesperada de 60 millones de dólares de parte de su padre", indica el sitio web Fotogramas.

Fue así como la joven magnate se pasó meses viviendo en hoteles, dando propinas con billetes de u$s 100 y mucho más. Sin embargo, uno a uno los hoteles la echaban de sus establecimientos cuando acumulaba meses de facturas atrasadas. Ella se justificaba diciendo que enviaría el dinero, pero nunca lo hacía.

Se las arregló para hacer esto en hoteles como The Standard (donde debía alrededor de u$s 30.000), The Beekman (donde debía u$s 11.000) y The Mercer. Cuando se mudó al Hotel W, la estafa de Anna ya era conocida dentro de la industria y la echaron después de sólo dos días.

En ocasiones, llamaba a sus amigos y solicitaba un préstamo en efectivo cuando su tarjeta era rechazada mientras estaba de vacaciones. Esto incluyó un caso en el Hotel Du Louvre de París, donde llamó a un amigo y le pidió prestados u$s 35.000 porque su tarjeta no funcionaba.

Cómo el viaje a Marruecos acabó en desastre

En 2016, Anna invitó a su amiga Rachel Deloache Williams a un viaje a Marrakech, en Marruecos, donde fueron recibidas por un conserje VIP en el aeropuerto y llevadas hasta La Mamounia, hotel de cinco estrellas con una excelente reputación.

Juntas se alojaron en una suite que costaba u$s 7000 la noche, y Anna también había traído a un videógrafo que creía que estaba filmando un documental sobre la formación de la Fundación Anna Delvey, así como un entrenador personal/amigo.

Rachel estaba mucho más preocupada por el dinero que Anna, ya que entonces trabajaba en Vanity Fair, pero Anna desechó sus preocupaciones e insistió en que ella pagaría toda la factura. Durante todo el viaje acumularon una suma de u$s 62,000.

Rachel terminó pagando el coste total del viaje; después de un par de días, los hoteleros avisaron a Anna que su tarjeta seguía siendo rechazada. Asegurándoles a sus amigos que era buena con el dinero, le pidió a Rachel que la ayudara dejando una de sus tarjetas como garantía hasta que se solucionara el problema.

Le aseguró que esto era solo una formalidad y siempre que una tarjeta pagara el dinero al final, no tenía que ser de ella. Sin embargo, en contra de los deseos de Rachel, eso es exactamente lo que sucedió, y, como ella misma había entregado su tarjeta, había muy poco que hacer.

Final del juego

En agosto de 2017, la suerte de Anna finalmente se acabó cuando comenzó a ser investigada por robo y fraude. Finalmente, fue acusada de seis delitos graves y un delito menor por falsificar documentos del banco para la Fundación Anna Delvey y quedarse sin hoteles después de acumular facturas de decenas de miles de dólares.

Obtuvo un préstamo de u$s 100,000 en Citibank para cubrir los costes de un anticipo para Fortress Investment Group, quien a su vez creía que el dinero y las declaraciones falsificadas eran prueba suficiente para demostrar que iba a recibir 60 millones de dólares. Más tarde cancelaría su trabajo con Fortress, tomaría los U$S 55.000 restantes y los usaría para gastarlos en su extravagante estilo de vida.

Finalmente, Anna fue arrestada en 2017 y pasó dos años en la prisión de Rikers Island antes de enfrentarse a un jurado popular.

Fue declarada culpable de seis de los ocho cargos en su contra y sentenciada a entre cuatro y 12 años de prisión, además de tener que pagar una multa de u$s 24,000 y una restitución de u$s 199,000, y ser deportada a Alemania después de que cumpliera su sentencia.

¿Dónde está Anna Delvey ahora?

Anna salió de prisión en febrero de 2021, solo dos años después de su condena, por buena conducta. Sin embargo, fue detenida por el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) ya que se había quedado en Estados Unidos durante más tiempo de lo que su visa le permitía.

En el corto espacio de tiempo entre su liberación de la prisión y la detención de ICE, Anna realizó entrevistas sobre sus crímenes, pero siguió insistiendo en que no se veía a sí misma como una estafadora.

Su historia, de esas que superan la ficción, se hizo viral y sedujo a Shonda Rhimes, quien ha transformado esta miniserie de nueve capítulos, recién estrenada en Netflix. La producción se basa en un artículo de New York Magazine titulado "Cómo engañó Anna Delvey a la alta sociedad neoyorquina", firmado por Jessica Pressler.

La periodista en la serie será interpretada por Anna Chlumsky y, lo interesante, es que cuanto más se acerque a la verdad de quién es Anna, más unida se sentirá a la estafadora, a quien da vida Julia Garner. Para preparar el papel, Julia, premiada con dos Emmy a mejor actriz de reparto por la serie 'Ozark', se encontró con la estafadora en la prisión.

"Nunca fui una persona demasiado amable. Nunca intenté convencerlos de nada. Simplemente le dije a la gente lo que quería y me lo dieron. Simplemente seguí mi camino", comentó Anna Sorokin en diálogo con la BBC.

LeAmericano utilizó recursos de Cronista, para la realización de este despacho.